WÄ…tki

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.Este lugar está vigilado ahora.Sacharissa comenzó a recoger papeles del piso. Supongo que me sentiré mejor si hago algo. Eso es tener espíritu. Si puede darme unas líneas acerca de ese incendio. Otto tomó una imagen decente  dijo William.¿No es verdad, Otto? Oh, sí.Esa está fien.Perro.El vampiro estaba mirando su iconógrafo.Estaba destrozado. Oh, lo siento tanto  dijo William. Tengo otrros  suspiró Otto.Ya safe, pensé que serría fácil en lagrran ciudad  dijo.Pensé que serría cifilizado.Me dijerron que losmafiosos no fienen trras de ti con horrcas en la grran ciudad como lo hacíanallá en Schiischien.Quierro decirr, lo intento.Dios safe que lo intento.Trresmeses, cuatrro días y siete horras en el fagón.¡Rrenuncié completamente atodo! Aún a las pálidas damas con las tumfonas de terrciopelo allí afuerra ylos atrractifos festidos de encaje negrro y esas diminutas, ya safe, fotas detacos altos -y eso fue un arrrefato, no me imporrta decirrlo  Sacudió lacabeza, sintiéndose miserable, y se quedó mirando su camisa arruinada.Ytodas las cosas se rrompen y ahorra mi mejorr camisa está toda cufierrtacon.sangrre.cubierrta con rroja, rroja sangrre.rrica sangrre oscurra.la sangrre.cubierrta con la sangrre.la sangrre. ¡Rápido!  dijo Sacharissa, empujando a William al pasar.SeñorBuenamontaña, ¡sujete sus brazos!  Hizo señas a los enanos.¡Estabalista para esto! ¡Dos de ustedes sujeten sus piernas! ¡Dozy, hay una enormemorcilla en el cajón de mi escritorio!.Déjenme caminarr al sol, No fifirr en fena. canturreó Otto. Oh, mis dioses, ¡sus ojos brillan rojos!  dijo William.¿Quéharemos? ¿Podemos tratar de cortarle el cuello otra vez?  dijo Boddony.  Ese es un chiste muy pobre, Boddony  soltó Sacharissa. ¿Chiste? ¿Estaba yo sonriendo?Otto se incorporó, con los maldicientes enanos colgando de suextendido cuerpo. A trrafés de la torrmenta y de la temida noche, continuarremos en lapelea. ¡Es fuerte como un buey!  dijo Buenamontaña. Vamos, tal vez ayudaría si nos unimos  dijo Sacharissa.Rebuscó ensu bolso y sacó un delgado panfleto azul.Lo tomé esta mañana de lamisión de Camino Mataderos.¡Es su libro de cánticos! Y  comenzó a sorberotra vez , es tan triste, se llama  Caminando a la Luz del Sol y dice así. ¿Usted quiere que cantemos un estribillo?  dijo Buenamontaña,mientras el luchador Otto lo levantaba del piso. ¡Sólo para darle apoyo moral!  Sacharissa secó sus ojos con unpañuelo.¡Usted puede ver que está tratando de luchar! ¡Y dejó su vida pornosotros! Sí, pero entonces ¡la volvió a tomar otra vez!William se inclinó hacia abajo y tomó algo de los restos del iconógrafode Otto.El duende había escapado, pero la figura que había pintado estabavisible.Tal vez mostrara.No era una buena imagen del hombre que se llamaba a sí mismoHermano Alfiler; su rostro era sólo una mancha en el resplandor de la luzque los humanos no podían ver.Pero las sombras detrás de él.Miró de más cerca. Oh, dioses.Las sombras detrás de él estaban vivas.Caía aguanieve.El Hermano Alfiler y la Hermana Tulipán resbalaban ypatinaban a través de las gotas heladas.Detrás de ellos, los silbatossonaban en la oscuridad. ¡Vamos!  gritó Alfiler. ¡Estos.ing sacos son pesados!Había silbatos que se escuchaban ahora por el costado también.Elseñor Alfiler no estaba acostumbrado a esto.Los vigilantes no deberían serentusiastas, ni organizados.Había sido perseguido por vigilantes antes,cuando los planes no habían funcionado.El trabajo de ellos era abandonaren la segunda esquina, sin aliento.Se sentía bastante furioso por eso.Losvigilantes de aquí lo estaban haciendo mal.Estaba consciente de un espacio abierto a un costado de él, lleno de copos.Debajo de él se escuchaba un ruido de succión perezosa, como deuna muy mala digestión. ¡Esto es un puente! ¡Láncelos al río!  ordenó. Creí que queríamos encontrar. ¡No importa! ¡Libérese de ellos! ¡Ahora! ¡Final del problema!La Hermana Tulipán gruñó una respuesta y derrapó para un alto juntoal parapeto.Los dos sacos gimientes y ladradores se fueron directamentepor encima. Eso no sonó como un.ing splash  dijo la Hermana Tulipán, mirandoentre la aguanieve. ¿A quién le importa? ¡Ahora corra!El señor Alfiler se estremeció mientras levantaba velocidad.No sabíaqué le habían hecho allá atrás, pero se sentía como caminando sobre supropia tumba.Sentía que tenía más que sólo vigilantes detrás de él.Aceleró más.En renuente pero maravillosa armonía, porque nadie podía cantar comoun grupo de enanos, ni siquiera si la canción era  Puedo Chupar El Agua25Pura , los enanos parecían estar calmando a Otto.Además, finalmente había aparecido la horrible morcilla de emergencia.Para un vampiro era el equivalente a un cigarrillo de cartulina para un adictoterminal a la nicotina, pero al menos era algo a lo que le podía meter eldiente.Cuando William finalmente quitó los ojos del horror de sombras,Sacharissa estaba limpiando la frente de Otto. Oh, una fez más estoy tan aferrgonzado, dónde puedo ponerr micafeza, es tan.William extendió la figura. Otto, ¿qué es esto?En las sombras había bocas, gritando.En las sombras había ojos,abiertos.No se movían mientras se las observaba, pero si se miraba lafigura por segunda vez se tenía la impresión de que no estaban en el mismolugar.Otto se estremeció. Oh, utilicé todas las anguilas que tenía  dijo. ¿Y.? Oh, son horribles  resopló Sacharissa, quitando la vista de lassombras torturadas [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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